El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) es uno, pero los niños/as y/o adolescentes con TDAH son muchos, sus diferentes historias personales, familias, edades, etc., hacen de cada persona un caso único e irrepetible.
Cada niño/a es especial y único, con sus debilidades, pero también con sus fortalezas.
Características positivas del niñ@ con TDAH
- Siempre están dispuestos a ayudar.
- Se preocupan mucho por su familia, aunque a veces no lo exterioricen como otras personas.
- Buena reacción en situaciones de emergencia.
- Tienen la habilidad de buscar soluciones ocurrentes para resolver problemas.
- Pueden hablar de muchos temas al mismo tiempo.
- Gran sentido del humor.
- Muy imaginativos.
- No son rencorosos, perdonan fácilmente.
- Una gran memoria visual.
- Elevada vitalidad y energía.
- Necesitan dormir menos que los niñ@s de su misma edad.
- Grandes aventureros.
- Son muy creativos.
- Pasión por las cosas en las que se implican.
- Buen rendimiento en tareas con resultados concretos y a corto plazo.
- Suelen ser más inocentes y nobles que el resto de sus compañeros.
- Aunque intenten mentir para librarse de castigos, es fácil notarle cuando están mintiendo, ya que son muy transparentes.
- Dicen lo que piensan, no tienen miedo a dar su opinión.
¿Cómo podemos ayudar desde casa para potenciar sus fortalezas?
- Aceptar a su hijo/a tal como es. Demuéstrale que tienes fe en él y en sus capacidades. Esto le puede animar a esforzarse más para conseguir sus objetivos.
- No realizar comparaciones con otro miembro del núcleo familiar (por ej. los hermanos). Cada hijo/a es diferente, con cualidades y defectos.
- Evitar frases que le hagan sentirse culpable, como «Me matas a disgustos» así como etiquetas de «Malos» o «Tontos”.
- Dedicarles tiempo a cada uno/a de sus hijo/as de forma independiente.
- Cuando deba reñirse, que sea de forma específica de lo que acaba de ocurrir (por ej. “no has hecho la cama”), y evitar generalizar (por ej. “eres un desastre, nunca haces la cama”).
- Reforzar sus logros y motivarles en aquello en lo que fracasan.
- Demostrarle cariño y afecto. No castigarle sin él, perder el afecto no es un castigo adecuado, le hará dudar de él mismo y que no nos merece. Usar otros castigos (por ej., sin postre de chocolate, sin televisión, sin la playstation, sin ir al parque, etc.).
- Destacar los aspectos positivos, comunicándole tu reconocimiento cuando haga las cosas bien, en lugar de comentarle lo que está mal. Es decir, no sólo reñirle cuando lo haga mal, reforzarle cuando lo haga bien, de esta forma aumentaremos esa conducta deseada.
- Felicitarle cuando está haciendo algo que esté bien o que te guste, nada más haya terminado de realizarlo. Es importante que las consecuencias, positivas o negativas sean inmediatas.
- Permítalo que asuma responsabilidades, con tareas sencillas, y a medida que crezca, se van aumentando (por ejemplo, poner la mesa, hacer la cama, encargarse de la mascota, etc.) y reforzarle.
- Anímale cuando se enfrente a cuestiones que le resultan complicadas, cree en él.
- Ayúdale a comprender que cualquiera puede cometer errores y que lo importante es aprender de ellos. Ya que no siempre conllevan una consecuencia negativa.
- Organiza actividades en equipo en casa, fomentando su participación.
- Cuenta con él en las decisiones de la familia propias de su edad, él puede ayudaros.
- Fomenta actividades de orientación visoespacial (por ej. senderismo, actividades de scouts, etc.)
- Hacerles ver con acciones, no sólo con palabras, que les queremos.
Ayúdale a identificar en qué es bueno/a, qué le gusta, qué se le da bien, etc. Si descubre qué le motiva, llegará tan lejos como se lo proponga.